El mal aliento, conocido médicamente como halitosis, puede ser un tremendo lastre social. Puede deberse a una higiene bucal deficiente, a ciertos alimentos o a problemas de salud. Nadie quiere lidiar con ello. Por suerte, puede controlarse y eliminarse mediante una higiene dental diligente y pequeños trucos.
La mayor parte del mal aliento puede atribuirse a zonas de la boca que albergan bacterias. Situaciones como tener comida atascada entre los dientes, enfermedades de las encías, boca seca, ciertos medicamentos, fumar y problemas de sinusitis pueden exacerbar el mal aliento. Entonces, ¿cómo se enfría el problema del mal aliento? Aquí tienes consejos de profesionales de la salud para ayudar a refrescar tu boca del mal aliento.
Los alimentos atascados entre los dientes que se descomponen y crean bacterias son una de las causas más frecuentes del mal aliento. Los alimentos se descomponen y desprenden el mal olor. Usar hilo dental a diario te ayudará a eliminar la comida, las bacterias y el movimiento de la placa por debajo de la línea de las encías y alrededor de las zonas que el cepillado no toca. Cuando empieces a usar hilo dental a diario, eliminarás uno de los principales factores que contribuyen al mal aliento.
Tu lengua, especialmente hacia atrás, retiene bacterias. ¡Existe una herramienta para ello! Un raspador lingual es una forma estupenda de eliminar las bacterias que causan el mal aliento sin darte cuenta. Añadir el raspado lingual a tus prácticas de cuidado bucal te ayudará drásticamente a mejorar la frescura de tu aliento, ya que es un paso fácil y seguro que puedes dar a diario.
La mayoría de los enjuagues bucales sólo refrescan el aliento temporalmente, pero el enjuague es también una estrategia para combatir las bacterias que causan el mal aliento. Los viejos remedios: el bicarbonato sódico y el peróxido de hidrógeno -ambas opciones enjuagarán no sólo la superficie de tu boca, sino que cambiarán el entorno de tu boca, haciéndolo menos acogedor para las bacterias, mejorando así tu aliento durante más tiempo.
Tu cepillo de dientes contribuye significativamente a tu higiene bucal. Sin embargo, también puede albergar bacterias y debe cambiarse con frecuencia. Para limitar la propagación de bacterias malas, los dentistas aconsejan cambiar el cepillo cada tres meses. Un cepillo limpio ofrece la mejor oportunidad de eliminar la mayor cantidad posible de placa y bacterias durante el cepillado.
Una boca seca puede contribuir al mal aliento. La saliva, que el agua mantiene, lavará los alimentos y el ácido y proporcionará autolimpieza. Si bebes agua a sorbos a lo largo del día, te ayudará a mantener la boca hidratada, evitará una deshidratación importante y lavará las partículas de comida restantes, causantes del mal aliento.
Ciertas bebidas, como el café, la cerveza, el vino y el whisky, pueden provocar mal aliento por varias razones. En primer lugar, estas bebidas pueden dejar olor y, en segundo lugar, secan la boca. Limitar estas bebidas puede minimizar el mal aliento resultante. Si se consumen estas bebidas, enjuagarse con agua corriente después de beber puede minimizar la posibilidad de mal aliento.
Aunque puede que no sea el refrescante del aliento más increíble, ciertas hierbas y especias son combatientes naturales del mal olor. Las hojas frescas de perejil y menta son fáciles de llevar a cualquier sitio donde debas detenerte por mal olor. El clavo, el cardamomo y el hinojo son tres especias que te ayudarán a neutralizar el mal olor. Masticar estas hierbas o especias proporciona convenientemente una actividad refrescante del aliento.
Practicar una buena higiene bucal es bueno; sin embargo, si tienes constantemente mal aliento, puede ser un indicador de algo más profundo que un simple mal aliento periódico. El mal aliento que puede clasificarse como mal aliento crónico (halitosis) suele ser un signo de enfermedad de las encías en fase inicial, y casi siempre es uno de los primeros signos de enfermedad de las encías. Visitar regularmente a tu dentista puede permitirle buscar e identificar una posible enfermedad de las encías. Tu dentista también puede darte consejos individualizados sobre cómo tratar la halitosis mientras tu salud bucodental y controlar tu salud bucodental general.
Conclusión: Adiós al mal aliento
El mal aliento no tiene por qué ser un problema permanente. Puedes tener un aliento más fresco si practicas una buena higiene bucal, tienes las herramientas adecuadas, te mantienes hidratado y tomas decisiones sensatas en tu estilo de vida. Te sentirás más seguro y cómodo en situaciones sociales. Si sigues preocupado por tu mal aliento, ponte en contacto con tu dentista. Tu dentista puede identificar las causas subyacentes y ofrecerte una terapia individualizada para mantener tu aliento fresco durante más tiempo.
Estos consejos te ayudarán a eliminar el mal aliento y a disfrutar de una sonrisa sana y más segura.